La pandemia del COVID-19 ha sumido al mundo en una crisis sanitaria sin precedentes durante estos últimos meses. En los Estados Unidos, las medidas de aislamiento y las restricciones para salir han generado miedo, distanciamiento y confusión entre la población, sobre todo entre quienes están acostumbrados a moverse con total libertad.
Las conferencias, los espectáculos deportivos, los grados, las fiestas, las bodas y demás actividades de índole social están aplazadas o canceladas y nos hemos quedado sin planes, buscando qué hacer dentro de los límites de nuestras viviendas.
«Es indispensable mantener la calma y la cordura durante estas circunstancias tan extrañas para todos», señala Megan Hider, asesora en el centro psiquiátrico Sandra Eskenazi Mental Health Center. «Esta situación es difícil para muchas personas porque, sin importar si viven solas o acompañadas, deben evitar el contacto directo con los demás, por su propio bien. Lo contradictorio es que, para conservar la salud mental, es necesario socializar con familiares, amigos o colegas».
Hider dice: «En esta época, afortunadamente los celulares y dispositivos electrónicos nos permiten mantenernos en contacto con nuestros seres queridos a través de llamadas, videoconferencias, etc. Llamar a nuestros amigos y familiares por teléfono o videollamada es fundamental. Hace poco hice una videoconferencia con cinco amigos de la universidad y fue maravilloso verlos. Les recomiendo mantenerse en contacto con las personas importantes en su vida y evitar aislarse tanto que terminen sintiéndose solos».
Como las medidas tomadas para distanciarse de los demás se mantienen hasta nuevo aviso, esta asesora nos sugiere hacer lo posible por comunicarnos clara y respetuosamente con quienes conviven con nosotros, para así evitar conflictos y situaciones incómodas. Asimismo, nos pide estar atentos a esos momentos en que necesitamos nuestro espacio, ya que, como bien nos explica, «todos tenemos necesidades diferentes y, en mayor o menor grado, necesitamos pasar tiempo solos para entender y lidiar con la situación. Quienes se quedan en casa todos los días se preocupan por aspectos diferentes de quienes tienen que ir al trabajo; por lo tanto se deben comunicar con toda libertad y sinceridad, para que no se sientan aislados y para que todos en el hogar estén lo mejor posible».
Conforme los adultos intentan comprender y sobrellevar estas circunstancias tan únicas y llenas de incertidumbre, quienes son padres han asumido la enorme responsabilidad de explicar a sus hijos por qué no van al colegio o no pueden jugar con sus amigos.
Hider afirma: «Para la mayoría de los niños, estas son como unas vacaciones en familia. Ya que pasarán más tiempo juntos, aprovechen para cenar en familia y para involucrar a los niños en los quehaceres y en la preparación de la comida, de tal forma que pasen un rato ameno y entretenido. No es necesario inventarnos actividades y juegos sofisticados. Si nos aprovechamos de la tecnología que existe hoy, podremos acabar con el aburrimiento y aprender, juntos, cosas nuevas viendo algunos de los millones de videos educativos que encontrarán en YouTube. Por ejemplo, el otro día vi a unos padres dibujando con sus hijos mientras seguían las instrucciones de un video en YouTube. Estos momentos, por más extraños que parezcan, son propicios para conocer a sus hijos y parientes más a fondo o para compartir con ellos algún pasatiempo que hace tiempo no practica. Si el clima lo permite, y siempre que mantengan la distancia recomendada con las demás personas, pueden dibujar con tiza en la acera de su casa o hacer obras manuales en la terraza. Si necesita podar el césped o arreglar el jardín, sus hijos pueden ayudarle y así aprenderán sobre este tipo de trabajo. Durante una crisis siempre tenemos la oportunidad para crecer como personas y esta, en particular, nos ha regalado uno de los bienes más preciados en el mundo civilizado: el tiempo. Aprovéchelo para compartir y disfrutar con los seres más queridos».
Debido a la cancelación de las clases en los colegios, muchos padres se han convertido en los maestros o tutores de sus hijos; una responsabilidad posiblemente abrumadora.
«La situación actual no tiene precedentes en la historia de la humanidad y todos deseamos que termine de una vez y para siempre», señala Hider. «No estábamos preparados para afrontar esta situación; ni los maestros, ni los colegios ni la población en general. Los padres deben recordar que están haciendo los mayores esfuerzos para enseñarles a los hijos y si usted es uno de ellos, fíjese metas claras sobre su aprendizaje y sobre lo que quiere conseguir como maestro o tutor. No se fije metas inalcanzables y tome nota de las superadas; por ejemplo, si logró enseñarles las tablas de multiplicar, celébrelo. Si está trabajando en casa, equilibre su trabajo con las tareas de sus hijos y sea realista con sus expectativas; tenga presente que ellos van a estar bien y cuando todo vuelva a la normalidad se pondrán al día rápidamente con sus clases. Por el momento, lo más importante es que estén sanos y fuera de todo peligro. Felicítense por cada logro y combinen los deberes escolares con el descanso y la diversión».